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miércoles, 25 de agosto de 2021

Último “Floral comparativo”

Bienvenido queridos lectores al último segmento del “Floral comparativo”. 
Mi nombre es Andrea Korduner, como saben de Bs. As. – Argentina.

Hoy los pétalos se dilatan… en las plumas de tres diferentes poetas, seleccionados desde la óptica de mí retina, para apreciar cómo le cantan a la vida, entre pistilos de amor, de muerte y de soledad.

Poetas con inmensa trayectoria, que nos enseñaron… cómo fecundar versos… mientras el viento eclosiona, entre esquirlas de emociones.

AHORA SABOREAMOS EL NÉCTAR DE LOS SIGUIENTES POEMAS:

El amor según Pablo Neruda:

Poema 20

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos
árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como ésta la tuve entre mis
brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.

 Mosaico de Paula Guerra en las calles de Valparaíso, Chile

La muerte según Antonio Machado:

RETRATO


Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierras de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.

Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido?
ya conocéis mi torpe aliño indumentario?,
más recibí la flecha que me asignó Cupido,
y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario.

Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,
pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.

Adoro la hermosura, y en la moderna estética
corté las viejas rosas del huerto de Ronsard;
mas no amo los afeites de la actual cosmética,
ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar.

Desdeño las romanzas de los tenores huecos
y el coro de los grillos que cantan a la luna.
A distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una.

¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera
mi verso, como deja el capitán su espada:
famosa por la mano viril que la blandiera,
no por el docto oficio del forjador preciada.

Converso con el hombre que siempre va conmigo
?quien habla solo espera hablar a Dios un día?;
mi soliloquio es plática con ese buen amigo
que me enseñó el secreto de la filantropía.

Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito.
A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habito,
el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.

Y cuando llegue el día del último viaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.

Antonio Machado. Retrato de Joaquín Sorolla, (diciembre de 1917). Óleo sobre lienzo. 
Hispanic Society of America (Nueva York).


La soledad según Gabriela Mistral:

YO NO TENGO SOLEDAD


Es la noche desamparo

de las sierras hasta el mar.

Pero yo, la que te mece,

¡yo no tengo soledad!


Es el cielo desamparo

pues la luna cae al mar.

Pero yo, la que te estrecha,

¡yo no tengo soledad!


Es el mundo desamparo.

Toda carne triste va.

Pero yo, la que te oprime,

¡yo no tengo soledad!



Gracias queridos lectores por haber acompañado este rosedal de sueños junto a mí.

¡Hasta la próxima!

lunes, 10 de agosto de 2020

Homenaje al poeta Rodrigo Fazio

RODRIGO FAZIO

“¿Brillará en el papel que siembro la negra flor de la tinta? 

Ay de mi vida…”


Rodrigo Fazio Nació un 21 de agosto de 1979, oriundo de Avellaneda, provincia de Bs. As., Argentina.
Escritor, artista plástico y poeta. Tatuador profesional.
Autor del poemario “Iluminaciones Triangulares” (de difusión Nacional e Internacional)
que cursa su segunda edición.

Participó en la antología de cuentos infantiles “Entre príncipes y hadas”.
Sus poemas fueron incluidos en varias oportunidades en “El Diario de los Poetas”.

Ha realizado las portadas e ilustraciones internas de varios autores independientes,
de diversos países, como así de las antologías en “Homenaje a Nicanor Parra” y” Violeta Parra” de la Ed. 3+1, con mención en el Salón Dorado de la Casa de la Cultura.
Sus escritos e ilustraciones, han sido publicados en diferentes medios gráficos de la madre tierra.

Publicó "Cadáveres", poemario de escritura grupal, por whatsapp.
Sus escritos, como así también sus ilustraciones, han sido publicados en diferentes medios gráficos del mundo.

Creador del "Rincón mitológico" sección radial para el  programa "Verbonautas" y "Versamorfosis", por Sigma radio. Conducción a cargo del poeta Adrián Terracciano.

Ahora nos perfumamos con el aroma, que nace de sus floridos versos.

El amor según Fazio:


El norte y la brújula

Me tienes imantado.
Mi brújula apunta a tu norte.

Por las duras aguas de las estaciones,
surcando tierras ya azotadas de trigo.

Se acerca lo vibrante de lo escondido.
Dejando atrás desoladas tardes, consuelos hundidos,
lunas flotantes en ojos tormentosos y desconocidos.

Me tienes imantado
Mi brújula apunta a tu norte

Sera mi faro deseado, un abrazo,
un destello, una mirada.
Liberará mi barca del frío ocaso.

Calor
El amor del ser humano no siempre es representado en un
cuadro, en unos textos de libros ni en cartas olvidadas.
Sólo algunas veces está en la calle, con el sol que todo lo
habita, con aquel que todo lo arde.

El amor no siempre está impuesto en la persona que domina los
pensares, ni en un disco de rock ya muchas veces degustado.
Repitiendo pistas, haciendo un olvido colectivo al corazón
que ya nada supervisa.

El amor pocas veces se pierde entre sábanas.
Se enreda en nuestras vidas impidiendo que ya nunca salgan.
No deja aliado, ni cobra víctimas.

El amor escapa del puro verbo, del latir que su prosa entinta.
Se pierde entre rincones del inconsciente y se desintegra de
sus alas temblorosas.

El amor está en la química, en la vibración que el cuerpo emite.
Es zumbido interno. Es voz que todo grita.
Es tormenta apocalíptica en las bocas húmedas que el gemir
suaviza. 

La soledad según Fazio:


 Mundo Errante
Enojado, solo de charla interna
y sin ser escuchado.

Sin luz de ojos náufragos
en las peleas de la noche.

Callado, solo de respiro
Frunciendo el cejo, marcando territorio.

Peleando con todo este mundo errante
que nos deja de lado.

Acostado, medio cuerpo tapado
manos parlantes en brazos cansados.

Enojado, callado, peleando
Cualquier malestar acrecienta la lucha y el vínculo creado. 

La muerte según Fazio:


Poeta suicida
Dejaré mi carne corpórea
desataré los lazos de mis tendones
correrá la sangre por la empinada columna.

El alma que ya no goza estará sola
dilatada y olvidada en angustias.

Dejaré mis letras escritas 
cortaré los cables de mi energía
volaré alto y dejaré atrás mis rimas.

Borraré sutilmente todo indicio de vida
el sol y la luna ya están en mi.



© Poeta: Rodrigo Fazio

lunes, 20 de julio de 2020

Homenaje al poeta Adrián Esteban Terracciano

“Desde las esporas habitantes de mi crucifixión esplendorosa, escribo.”

Adrián Terracciano nació en el año 1974, Poeta y Bohemio sangrante de metáforas,
descifrador de quimeras.

Escribe desde los quince años. En 1990 obtuvo el Primer Premio de Poesía "Crear y Recrear" organizado por la Fundación Banco Bica, Chajarí, Entre Ríos, Argentina.

En el año 1995 co-fundó el grupo poético "Pléyade Víctor Rafael", obteniendo al año siguiente el Premio Municipal de Cultura.

En el año 2000 fue premiado por Ediciones Tinta Nueva (La Habana, Cuba) y fue publicado en esa Antología.

Participó ese mismo año del "Grupo de los Lunes", grupo que se reunía en la “Casa-Biblioteca Evaristo Carriego”.
Participó de numerosas Antologías de Argentina.
Publicó su primer poemario “Pupilario” en el año 2016 con la Ed. Quelión.
Fue colaborador y conductor en el programa radial “Pluma, papel y poemas” .
Ferviente participante del movimiento poético en Bs. As. – Argentina, hasta el año 2018.
Publicó su segundo poemario “Exilio de latidos” en el 2018, también con la Ed. Quelión, donde refleja su vanguardismo y su amor por el creacionismo literario.
En el año 2019 publicó “Cadaveres”, poemario escrito, todo por whatsapp, junto a otros poetas argentinos.
Actualmente reside en Pitalito Huila – Colombia.
Fue el conductor del programa radial “Verbonautas”.
En la actualidad es el conductor del programa radial: “Versamorfosis Radio”
Fue emitido por “Radio Magic Internacional”
junto a su directora: Adelina Carrillo.

El amor según Terracciano: 

Trece

Ayer te encontré infinita

más que un puñado de soles

más que una porción de desierto

en una lágrima.

Te vi, infinita

tu sonrisa de nube

acariciaba este cielo sin cometas

este mundo sin sentido

este silencio sin pausa.

Ayer te encontré inmensa

gigantesca

finita de un pasado

lleno de ausencias.

Tu rostro constelado de luces

tu interior camuflado de tristeza

todo, todo te hace diferente

tu belleza de espejos

tu libertad de pájaros

¡tú, tú y Tú!

mujer sin maquillaje en el alma

sin ayeres ni ocasos

sin mañanas ni futuro

Mujer sin tiempo y sin espacio.

Estas palabras pueden más

que mil trozos de poesía

esta estridencia de verbos

es tan chiquita

que se pierde entre tus formas.

Ayer te encontré infinita

más que un dilubio de sangre

más que el adiós

dibujado en un llanto.

       © Adián Terracciano 


La muerte según Terracciano: 

Látigo invisible

la muerte como daga

un inmueble derrumbe

herrumbre desalmado

de mi biogénesis tangente.

Mi  yerma flotación

en un tiovivo galáctico

clarifica lo volátil

voltereta astrolabio

estómago sideral

que desintegra

lo que alguna vez

trazó mi morfosis

de escandalosa abstracción.

      © Adián Terracciano 

La soledad según Terracciano: 

Diez

Para aliviar este derrotero magullado

tuve que limar los cristales del encierro

aporrear inversos mundos

juntar la carroña existencial

y armar este yo simulado.

Para condecorar la paz

de este andariego tropiezo

iba adivinando

el hilván oxigenado de la gloria

bebí hasta el hartazgo

los crucigramas de la lluvia

la toxina gélida de la soledad

desempolvé el último sábado Infante

de la curva trascendental

de los ojos de mi padre.

Para escapar de un tedio harto

inventé un velocípedo gris

con grafito borrascoso

galopaba en la nuca

de un dios de hojalata

que me dejaba ser humano.

Los ardores exclusivos

de un asombro coherente

anudaron este invierno.

      © Adián Terracciano 

Artista elegido por el poeta: "El Bosco"

Poeta - Escritor, Locutor:  Adrián Terracciano


lunes, 13 de julio de 2020

Homenaje a la poeta Alejandra Pizarnik

En el día de la fecha homenajearemos a la poeta: Alejandra Pizarnik

ALEJANDRA PIZARNIK
(1936-1972)


Alejandra Pizarnik (de nombre real Flora Pizarnik) nació el 29 de abril del año 1936 en Buenos Aires (Argentina).
Su familia eran inmigrantes judíos de ascendencia rusa y polaca que se dedicaron en tierras argentinas al comercio de joyería.
Su madre se llamaba Rezla Bromiker y su padre Elías Pizarnik.
Tenía una hermana mayor de nombre Myriam.
Tras cursar estudios secundarios, la joven y tímida Flora, tartamuda y asmática, se sintió un tanto desorientada en su desarrollo académico, pasando por la Escuela de Periodismo y estudiando durante un tiempo Filosofía y Letras en la Universidad de Buenos Aires mientras se atiborraba de anfetaminas con el objetivo de no engordar.

Desde finales de los años 50, siendo financiada económicamente por sus padres, dedicó gran parte de su tiempo a la escritura y a la pintura, arte que aprendió junto a Juan Batlle Planas.
En el año 1960 se instaló en París, trabajando como traductora y estudiando en la Sorbona, Literatura e Historia de las Religiones.
En Francia permaneció hasta el año 1964.
Amiga de Julio Cortázar, Octavio Paz y Antonio Beneyto, firmemente apolítica e influenciada en su lirismo por Antonio Porchia, los simbolistas franceses, en especial Rimbaud y Mallarmé, por el espíritu del romanticismo, y por los surrealistas, Pizarnik escribió libros poéticos de notoria sensibilidad e inquietud formal marcada por una insinuante imaginería.
Sus temas giraban en torno a la soledad, la infancia, el dolor y, sobre todo, la muerte.
Su primer libro fue “La Tierra Más Ajena” (1955), editado en Botella Al Mar.
Más tarde publicó “La Última Inocencia” (1956), volumen dedicado a su psicoanalista Oscar Ostrov, “Las Aventuras Perdidas” (1958), “Árbol De Diana” (1962), “Los Trabajos y Las Noches” (1965), “Extracción De La Piedra De La Locura” (1968) o “El Infierno Musical” (1971).
También escribió en prosa “La Condesa Sangrienta” (1971).

En un recorrido reflexivo y existencial que parecía predestinado hacia la enajenación y la muerte prematura, Alejandra Pizarnik terminó suicidándose con una sobredosis de seconal el 25 de septiembre de 1972.
Tenía solamente 36 años de edad.
Está enterrada en el cementerio de La Tablada de Buenos Aires.
Años después de su fallecimiento su obra pudo ser recuperada en “Poesía Completa” y “Prosa Completa”.

Ahora... nos sumergimos en el estambre, de sus poemas.

El amor según Pizarnik:

AMANTES

Una flor
no lejos de la noche
mi cuerpo mudo
se abre
a la delicada urgencia del rocío.


Más allá del olvido

Alguna vez de un costado de la luna
verás caer los besos que brillan en mí
las sombras sonreirán altivas
luciendo el secreto que gime vagando
vendrán las hojas impávidas que
algún día fueron lo que mis ojos
vendrán las mustias fragancias que
innatas descendieron del alado son
vendrán las rojas alegrías que
burbujean intensas en el sol que
redondea las armonías equidistantes en
el humo danzante de la pipa de mi amor.


La muerte según Pizarnik:

SALVACIÓN

Se fuga la isla
Y la muchacha vuelve a escalar el viento
y a descubrir la muerte del pájaro profeta
Ahora
es el fuego sometido
Ahora
es la carne
la hoja
la piedra
perdidos en la fuente del tormento
como el navegante en el horror de la civilización
que purifica la caída de la noche
Ahora
la muchacha halla la máscara del infinito
y rompe el muro de la poesía.


La soledad según Pizarnik:

LA JAULA

Afuera hay sol.
No es más que un sol
Pero los hombres lo miran
y después cantan.
Yo no sé del sol.
Yo sé la melodía del ángel
y el sermón caliente
del último viento.
Sé gritar hasta el alba
cuando la muerte se posa desnuda
en mi sombra.
Yo lloro debajo de mi nombre.
Yo agito pañuelos en la noche
y sedientos de realidad
bailan conmigo
Yo oculto clavos
para escarnecer a mis sueños enfermos.
Afuera hay sol.
Yo me visto de cenizas.


Poeta Alejandra Pizarnik



lunes, 6 de julio de 2020

Homenaje al poeta Edgar Allan Poe

Edgar Allan Poe

"Más cuerdo es, el que acepta su propia locura"


Edgar Allan Poe nació el 19 de enero de 1809 en el interior de un carromato en Boston, Massachusetts, Estados Unidos.
Hijo de Elizabeth Arnold Poe y David Poe, actores de teatro itinerantes que fallecieron cuando él era un niño.
Fue criado por John Allan, un hombre de negocios de quien tomó el "Allan". En 1815, cuando contaba seis años, se trasladan a Inglaterra donde ingresó en un internado privado.
En 1820 a su regreso a Estados Unidos, continuó estudiando en centros privados y más adelante entró en la universidad de Virginia donde permaneció durante un año.
Durante su adolescencia ya escribía poemas con influencias de Byron.
En 1827 dada su afición a la bebida y al juego, su padre adoptivo se negó a pagar sus deudas y le obligó a trabajar como empleado. Abandonó su trabajo y viajó a Boston donde publicó anónimamente su primer libro, Tamerlán y otros poemas (1827). Se alistó en el ejército, en el que permaneció dos años.
En 1829, apareció su segundo libro de poemas, Al Aaraf, y se reconcilió con su padre, que le consiguió un cargo en la Academia militar, pero a los pocos meses fue despedido por negligencia en el deber; su padre adoptivo le repudió para siempre.
Al año siguiente de publicar su tercer libro, Poemas (1831), viaja a Baltimore, donde vivió con su tía y una prima de 11 años, Virginia Clemm. Su obra poética refleja la influencia de poetas ingleses como Milton, Shelley y Coleridge. En 1832, su cuento 'Manuscrito encontrado en una botella' ganó un concurso patrocinado por el Baltimore Saturday Visitor. De 1835 a 1837 fue redactor de Southern Baltimore Messenger.
En 1835, contrajo matrimonio en Boston con su prima Virginia, que contaba trece años de edad, y durante la década siguiente, trabajó como redactor para varias revistas en Filadelfia y Nueva York. Escribió 'El cuervo' (1845), 'Las campanas' (1849), 'El durmiente' (1831), 'Lenore' (1831) y 'Annabel Lee' (1849). Como redactor su labor consistió en reseñar libros, escribiendo un significativo número de críticas. Uno de sus relatos más famosos es 'El escarabajo de oro' (1843).
Fue autor además de 'Los crímenes de la calle Morgue' (1841), 'El misterio de Marie Rogêt' (1842-1843) y 'La carta robada' (1844) están considerados como los predecesores de la moderna novela de misterio o policiaca. Entre sus cuentos sobresalen 'La caída de la casa Usher' (1839), 'El pozo y el péndulo' (1842) 'El corazón delator' (1843) y 'El barril del amontillado' (1846).
En el año 1847 falleció su mujer y él mismo cayó enfermo; su adicción al alcohol y su consumo de drogas, provocaron su temprana muerte en Baltimore, el 7 de octubre de 1849. Las últimas palabras de Allan Poe fueron "que dios ayude a mi pobre alma".

Sabías que...

Cuando Poe tenía solo dos años, su padre abandonó a su madre a Edgar y a sus dos hermanos. Poco después, su progenitora, Elizabeth, murió de tuberculosis.


Aquí les menciono sus floridas Obras:

Cuentos
Metzengerstein
Manuscrito hallado en una botella (MS. Found in a Bottle), 1833
El Rey Peste (King Pest), 1835
Berenice, 1835
Ligeia, 1838
La caída de la Casa Usher (The Fall of the House of Usher), 1839
El hombre de la multitud (The Man of the Crowd), 1840
Un descenso al Maelström (A Descent into the Maelström), 1841
Los crímenes de la calle Morgue (The Murders in the Rue Morgue), 1841
La máscara de la Muerte Roja (The Masque of the Red Death), 1842
El pozo y el péndulo (The Pit and the Pendulum), 1842
El retrato oval (The Oval Portrait), 1842
El escarabajo de oro (The Gold Bug), 1843
El misterio de Marie Rogêt (The Mystery of Marie Roget), 1843
El gato negro (The Black Cat), 1843
El corazón delator (The Tell-Tale Heart), 1843
La caja oblonga (The Oblong Box), 1844
La carta robada (The Purloined Letter), 1844
El entierro prematuro (The Premature Burial), 1844
El demonio de la perversidad (The Imp of the Perverse), 1845
La verdad sobre el caso del señor Valdemar (The Facts in the Case of M. Valdemar), 1845
El sistema del Dr. Tarr y el profesor Fether (The system of Dr. Tarr and Prof. Fether) 1845
El barril de amontillado (The Cask of Amontillado), 1846
Hop-Frog, 1849

Poesía
Tamerlane (Tamerlane) (1827)
A... (A...) (1827)
Sueños (Dreams) (1827)
Espíritus de los muertos (Spirit of the Dead) (1827)
Estrella del anochecer (Evening Star) (1827)
Un sueño (A Dream) (1827)
El día más feliz, la hora más Feliz (The Happiest Day, The Happiest Hour) (1827)
El lago: A ... (The Lake: To ...) (1827)
Al Aaraaf (Al Aaraaf) (1829)
Soneto a la Ciencia (Sonnet To Science) (1829)
Solo (Alone) (1829)
A Elena (To Helen) (1831)
La ciudad en el mar (The City in the Sea) (1831)
La durmiente (The Sleeper) (1831)
El valle de la inquietud (The Valley of Unrest) (1831)
Israfel (Israfel) (1831)
El Coliseo (The Coliseum) (1833)
A alguien en el paraíso (To Someone in Paradise) (1834)
Himno (Hymn) (1835)
Soneto a Zante (Sonnet to Zante) (1837)
Balada nupcial a ... (Bridal Ballad to ...) (1837)
El palacio encantado (The Haunted Palace) (1839)
Soneto del silencio (Sonnet-Silence) (1840)
Lenore (Lenore) (1843)
Tierra de sueños (Dream Land) (1844)
El cuervo (The Raven) (1845)
Eulalie, una canción (Eulalie, A Song) (1845)
Ulalume (1847)
Un sueño en un sueño (A Dream Within a Dream) (1849)
Annabel Lee (1849)
Las campanas (The Bells) (1849)
A mi madre (To My Mother) (1849)

Novela
La narración de Arthur Gordon Pym (1838)

Ensayo y crítica
Filosofía de la composición (The Philosophy of Composition) (1846)
El principio poético (The Poetic Principle) (1848)
Eureka (1848)
Charles Dickens
Longfellow
Hawthorne
Criptografía
Arabia pétrea
Marginalia (1844-49)

El amor según Poe: 

¿Deseas que te amen?
¿Deseas que te amen? No pierdas, pues,
El rumbo de tu corazón.
Sólo aquello que eres has de ser
Y aquello que no eres, no.
Así, en el mundo, tu modo sutil,
Tu gracia, tu bellísimo ser,
Serán objeto de elogio sin fin
Y el amor... un sencillo deber.

La muerte según Poe: 

Los espíritus de los muertos
Tu alma se encontrará sola, cautiva de los
negros pensamientos de la gris piedra tumbal;
ninguna persona te inquietará en tus horas de
recogimiento.

Quédate silenciosamente en esa soledad que
no es abandono,—porque los espíritus de los
muertos que existieron antes que tú en la vida,
te alcanzarán y te rodearán en la muerte,—y
la sombra proyectada sobre tu cara obedecerá
a su voluntad; por lo tanto, permanece tranquilo.

Aunque serena, la noche fruncirá su ceño,
y las estrellas, de lo alto de sus tronos celestes,
no bajarán más sus miradas con un resplandor
parecido al de la esperanza que se concede a
los mortales; pero sus órbitas rojas, desprovistas
de todo rayo, serán para tu corazón marchito
como una quemadura, como una fiebre
que querrá unirse a ti para siempre.

Ahora, te visitan pensamientos que no ahuyentarás
jamás; ahora surgen ante ti visiones
que no se desvanecerán jamás; jamás ellas dejarán
tu espíritu, pero se fijarán como gotas
de rocío sobre la hierba.

La brisa,—esa respiración de Dios,—reposa
inmóvil, y la bruma que se extiende como una
sombra sobre la colina,—como una sombra cuyo
velo no se ha desgarrado todavía,—resulta así
un símbolo y un signo. Como logra permanecer
suspendida a los árboles, ese es el misterio
de los misterios!

La soledad según Poe: 

Solo
Desde el tiempo de mi niñez, no he sido
como otros eran, no he visto
como otros veían, no pude sacar
mis pasiones desde una común primavera.
De la misma fuente no he tomado
mi pena; no se despertaría
mi corazón a la alegría con el mismo tono;
y todo lo que quise, lo quise solo.
Entonces -en mi niñez- en el amanecer
de una muy tempestuosa vida, se sacó
desde cada profundidad de lo bueno y lo malo
el misterio que todavía me ata:
desde el torrente o la fuente,
desde el rojo peñasco de la montaña,
desde el sol que alrededor de mí giraba
en su otoño teñido de oro,
desde el rayo en el cielo
que pasaba junto a mí volando,
desde el trueno y la tormenta,
y la nube que tomó la forma
(cuando el resto del cielo era azul)
de un demonio ante mi vista.

Artista: Rodrigo Fazio




lunes, 29 de junio de 2020

Homenaje al poeta Charles Pierre Baudelaire

CHARLES BAUDELAIRE
(1821-1867)

Charles Pierre Baudelaire nació el 09 de abril del año 1821 en París (Francia).
Su padre François había sido sacerdote y ya tenía sesenta años cuando se casó con la joven veinteañera Caroline Dufaÿs.
François falleció en 1827 y su madre se casó con otro hombre, el general Jacques Aupick, al que el pequeño Charles no recibió con demasiado agrado.
Baudelaire estudió en el Colegio Real de Lyon y en el Liceo Louis-le-Grand de Paris.
Decidido a vivir de la escritura, abandonó la carrera de Derecho que había iniciado en 1840 y comenzó a frecuentar el Barrio Latino.
En la capital francesa dio rienda suelta a su vida bohemia, vistiendo con elegantes ropas y consumiendo opio, abastecido pecuniariamente por la herencia de su padre.
En esa época, y en una de sus habituales visitas a los burdeles parisinos, contrajo la sífilis, enfermedad que volvió a sufrir en venideros años.
Para intentar que se olvidara de su afición a la escritura y la vida disoluta, su madre le envió en un barco hacia las Indias, pero Charles regresó a Francia después de arribar en la Isla Reunión.
En el año 1842 inició una relación amorosa con la actriz mulata Jeanne Duval, con la que estuvo toda su vida al margen de otros flirteos esporádicos con Marie Daubrun o, entre otras, Madame Sabatier.
El caudal hereditario de su progenitor fallecido cesó en 1844 por sentencia judicial, lo que inundó de deudas a Baudelaire. Desesperado, intentó suicidarse en el año 1845. Tras el mal trago, el parisino comenzó a trabajar con éxito como crítico de arte y literatura.

Tres años después del intento de suicidio, en 1848 estalló la revolución en Francia, movimiento sociopolítico en el que Baudelaire participó activamente. Ese mismo año también fundó el periódico “Le Salut Publica” y comenzó a traducir al escritor estadounidense Edgar Allan Poe, tarea que le ocupó hasta 1865.
En el año 1864 se trasladó a residir con Jeanne a la ciudad belga de Bruselas.
Las enfermedades se cebaron en el escritor.  Reapareció la sífilis y sufrió un ataque cerebral que le dejó paralítico.
Regresó a París en 1867, falleciendo el 31 de agosto de 1867.
Tenía 46 años de edad.
Está enterrado en el cementerio de Montparnasse.

Su poesía se caracteriza, desde una perspectiva mordaz y un sentimiento de desabrigo, por una búsqueda constante de la belleza formal, lo que le incluyó en el parnasianismo, aunque su personalidad literaria estaba al margen de las corrientes y modas.

Respecto a su faceta crítica, es el autor de obras tan importantes como “El Salón de 1845” (1845), “El Salón de 1846” (1846) o la póstuma “El Arte Romántico (L’art romantique)” (1868). Como ensayista destaca con “Los Paraísos Artificiales” (1860), libro centrado en el universo sensorial en base a experiencias con alcohol, opio y hachís. También, con el alcohol y el hachís por medio, publicó con anterioridad a “Los Paraísos Artificiales”, el pequeño ensayo “Del Vino y Del Hachís” (1851).

Baudelaire fue precursor del movimiento simbolista. De este movimiento formaron parte poetas como Arthur Rimbaud, Paul Verlaine o Stephane Mallarme.

Paradigma del escritor maldito y poeta decadentista, fue juzgado tras la publicación de su obra maestra “Las Flores Del Mal” (1857), un libro de poesía considerado inmoral en su época.


                                                       Retrato Cristian Leaño de Charles Baudelaire Argentina

El amor según Baudelaire:
EL AMOR Y EL CRANEO

Viñeta antigua

El amor está sentado en el cráneo

de la Humanidad,

y desde este trono, el profano

de risa desvergonzada,

sopla alegremente redondas pompas

que suben en el aire,

como para alcanzar los mundos

en el corazón del éter.


El globo luminoso y frágil

toma un gran impulso,

estalla y exhala su alma delicada,

como un sueño de oro.


Y oigo el cráneo a cada burbuja

rogar y gemir:

-Este juego feroz y ridículo,

¿cuándo acabará?


Pues lo que tu boca cruel

esparce en el aire,

monstruo asesino, es mi cerebro,

¡mi sangre y mi carne!


La muerte según Baudelaire:
Remordimiento póstumo

Cuando te halles durmiendo, mi bella tenebrosa,

Dentro de un monumento hecho de mármol negro,

Y cuando sólo tengas por alcoba y palacio

Una cueva lluviosa y una fosa profunda;


Y la piedra, oprimiendo tu pecho temeroso

Y tus flancos que pule seductor abandono,

Tu corazón no deje latir ni desear,

Ni correr a tus pies detrás de la aventura.


La tumba, confidente de mi ensueño infinito

(Porque la tumba siempre comprenderá al poeta),

En esas largas noches de donde el sueño ha huido,


Dirá: “¿De qué te sirve, cortesana imperfecta,

No haber sabido nunca lo que lloran los muertos?”

- Y tu piel roerá el verme como un remordimiento.


La soledad según Baudelaire:

¿Qué dirás esta noche, pobre alma solitaria… 

¿Qué dirás esta noche pobre alma solitaria,

Qué dirás, corazón, marchito hace tan poco,

A la muy bella, a la muy buena, a la amadísima,

Bajo cuya mirada floreciste de nuevo?


-El orgullo emplearemos en cantar sus loores;

Nada iguala al encanto que hay en su autoridad;

Su carne espiritual tiene un perfume angélico,

Y nos visten con ropas purísimas sus ojos.


En medio de la noche y de la soledad,

O a través de las calles, del gentío rodeado,

Danza como una antorcha su fantasma en el aire.


A veces habla y dice: «Yo soy bella y ordeno

Que por amor a mí no améis sino lo Bello;

Soy el Ángel guardián, la Musa y la Madona».

 





lunes, 22 de junio de 2020

Homenaje a la poeta Alfonsina Storni

BIOGRAFÍA DE LA POETA ALFONSINA STORNI
Alfonsina Storni Martignoni nació el 22 de mayo de 1892 en Sala Capriasca, Suiza, en una estancia de la familia ya que el padre, Alfonso Storni, procedía del Ticino. Pero la familia volvió al poco tiempo a la Argentina, desde su llegada a San Juan la situación económica fue miserable, por lo que decidieron trasladarse a Rosario en 1901. Su padre, depresivo y alcohólico, falleció en 1906 y Alfonsina ya convertida en una obsesiva poeta, entró a trabajar en un taller de gorras. En 1907 llegó a Rosario la compañía de Manuel Cordero, un director de teatro que recorría las provincias. Alfonsina reemplazó a una actriz enferma. Esto la decidió a proponerle a su madre que le permitiera convertirse en actriz y viajar con la compañía. Recorrió Santa Fe, Córdoba, Mendoza, Santiago del Estero y Tucumán.
Su madre, Paulina, se casó de nuevo y se trasladó a Butinza, y Alfonsina se trasladó a Coronda para estudiar Magisterio. Publicó sus primeros versos en las revistas Mundo rosariano y Monos y Monadas. Cuando tenía veinte años se quedó embarazada de un hombre casado mayor que ella y tuvo que refugiarse en Buenos aires para dar a luz.
Colaboró en Caras y Caretas, y su primer libro de versos La inquietud del rosal fue publicado. La revista Nosotros elogió el poemario y desde ese momento Alfonsina entró en el círculo literario de la revista. Empezó a ser reconocida pero su situación económica siguió siendo precaria.
En 1919 publicó Irremediablemente, el libro fue bien acogido por la crítica y la Universidad de Montevideo la invitó a dar unas conferencias, allí conoció a los que serían dos de sus grandes amigos, Horacio Quiroga y Juana de Ibarbouru. Publicó Languidez en 1920 y este libro mereció el Primer Premio Municipal de Poesía y el Segundo Premio Nacional de Literatura. El Ministro de Instrucción Pública creó entonces una cátedra para ella en la Escuela Nacional de Lenguas Vivas, en 1923. Siguió publicando poesía e hizo algún intento teatral que no tuvo éxito, e intervino en la creación de la Sociedad Argentina de Escritores y su participación en el gremialismo literario fue intensa. En 1928 viajó a España en compañía de la actriz Blanca de la Vega, y repitió su viaje en 1931, en compañía de su hijo, volvería en la década de los treinta.
Le detectaron un tumor en el pecho, del que fue operada en mayo de 1935, y curada parcialmente pero a partir de ese momento su ya débil equilibrio psicológico se deterioró más y vivió sus últimos años atemorizada por la muerte. En 1936 se suicidó su amigo Horacio Quiroga.
El 25 de octubre de 1938 se suicidó en la playa de La Perla, en Mar del Plata. Al día siguiente se publicó su último poema, Quiero dormir, en La Nación. Su trágico suicidio inspiró la canción Alfonsina y el mar, de Ariel Ramírez y Félix Luna, que ha sido interpretada por innumerables músicos de lengua española, destacándose las versiones de Mercedes Sosa.
Alfonsina Storni es considerada una de las voces femeninas más potentes de la poesía en lengua española de las primeras décadas del siglo XX. La fuerza de sus versos emerge como un grito de protesta, un canto a la vida, al amor, a la naturaleza, en definitiva a una tentativa de conquistar la libertad para decidir el propio destino


AQUÍ SU PERFUMADA 

BIBLIOGRAFÍA
La inquietud del rosal, 1916
El dulce daño, 1918
Irremediablemente, 1919
Languidez, 1920
Ocre, 1925
Poemas de amor, 1926
El amo del mundo: comedia en tres actos. 1927.
Mundo de siete pozos, 1934
Mascarilla y trébol, 1938
Antología poética, 1938
El dulce daño, 1920
Dos farsas pirotécnicas, 1932
Irremediablemente, 1919
Poesías completas, 1968
Nosotras y la piel: selección de ensayos, 1998
Antología poética. Barcelona: Edicomunicación, 1999.


El amor según Storni:

Animal cansado

Quiero un amor feroz de garra y diente
Que me asalte a traición en pleno día,
Y que sofoque esta soberbia mía,
Este orgullo de ser todo pudiente.

Quiero un amor feroz de garra y diente
Que en carne viva inicie mi sangría,
A ver si acaba esta melancolía
Que me corrompe el alma lentamente.

Quiero un amor que sea una tormenta,
Que todo rompe y lo remueve todo
Porque vigor profundo la alimenta.

Que pueda reanimarse allí mi lodo,
mi pobre lodo de animal cansado,
Por viejas sendas, de rodar, hastiado.


La muerte según Storni:

Alma muerta

Piedras enormes, rojo sol y el polvo
alzado en nubes sobre tierra seca…
El sol al irse musitó al oído:
el alma tienes para nunca muerta.

Moviéndose serpientes a mi lado
hasta mi boca alzaron la cabeza.
El cielo gris, la piedra, repetían:
el alma tienes para nunca muerta.

Picos de buitre se sintieron luego
junto a mis plantas remover la tierra;
voces del llano repitió la tarde:
el alma tienes para nunca muerta.

Oh sol fecundo, tierra enardecida,
cielo estrellado, mar enorme, selva,
entraos por mi alma, sacudidla.
Duerme esta pobre que parece muerta.

Ah, que tus ojos se despierten, alma,
y hallen el mundo como cosa nueva…
Ah, que tus ojos se despierten, alma,
alma que duermes con olor a muerta…


La soledad según Storni:

VERSOS A LA TRISTEZA DE BUENOS AIRES
Tristes calles derechas, agrisadas e iguales,

por donde asoma, a veces, un pedazo de cielo,

sus fachadas oscuras y el asfalto del suelo

me apagaron los tibios sueños primaverales.


Cuánto vagué por ellas, distraída, empapada

en el vaho grisáceo, lento, que las decora.

De su monotonía mi alma padece ahora.

—¡Alfonsina! —No llames. Ya no respondo a nada.


Si en una de tus casas, Buenos Aires, me muero

viendo en días de otoño tu cielo prisionero

no me será sorpresa la lápida pesada.


Que entre tus calles rectas, untadas de su río

apagado, brumoso, desolante y sombrío,

cuando vagué por ellas, ya estaba yo enterrada.


Artista: Carlos Rafael Arano

viernes, 29 de mayo de 2020

Poeta homenajeado Vicente Huidobro Fernández

"El poeta es un pequeño Dios"
Vicente Huidobro
Vicente Huidobro nació el 10 de enero de 1893 en Santiago de Chile.
Hijo Vicente García-Huidobro y de la escritora María Luisa Fernández Bascuñán.

Criado en el seno de una familia aristocrática, su existencia estuvo plagada de toda clase de acontecimientos artísticos, políticos y sentimentales de la más variada especie.

Cursó estudios en su ciudad natal. Escribió sus primeros poemas a los doce años y pronto apareció publicado un manifiesto en el que rechazaba toda la poesía anterior a él.

Casado tres veces, sufrió incluso varios atentados por sus actividades izquierdistas, además de ser amenazado de muerte por el padre de Ximena Amunátegui, una bella adolescente de la que se enamoró tan perdidamente que la raptó a la salida del colegio. Fue así como se fugó a París en 1928 con la que sería su segunda esposa, dejando atrás uno de los mayores escándalos en la historia de la sociedad chilena de comienzos del siglo XX.

Durante su residencia en París toma contacto con la literatura de los poetas surrealistas como Guillaume Apollinaire y Pierre Reverdy, con los que fundaría la revista Nord-Sud.
Se alejó del surrealismo al no aceptar la opinión de que el artista es un mero instrumento revelador de su inconsciente. De igual manera rechazó el futurismo. Como respuesta a todos estos movimientos, su actitud desafiante lo llevó a dar a luz el movimiento que le valió la posteridad: el creacionismo, el cual él mismo fue definiendo poco a poco en escritos como el célebre manifiesto "Non serviam". En él, Huidobro ataca sin rodeos la labor de los vates: "¿Qué ha salido de nosotros que no estuviera antes rodeando nuestros ojos? (_) Hemos cantado a la naturaleza, (pero) nunca hemos creado realidades propias, como ella lo hace (_). Non serviam. No he de ser tu esclavo, madre Natura; seré tu amo".

Este concepto constituyó el eje de su obra poética, sembrada de impactantes imágenes, de yuxtaposiciones efectistas y de letras y secuencias de palabras de carácter aleatorio. Algunos de sus poemas recuerdan los caligramas de Apollinaire.

Su gran habilidad de comunicador contribuyó a extender el entusiasmo por la experimentación en la Europa de entreguerras. Sus continuos viajes por el mundo le permitieron además trabar amistad con toda la heterogénea nómina de escritores y artistas de la vanguardia europea y con estrellas de la época dorada de Hollywood.

Además de poemas, su producción se completó con novelas, manifiestos, ensayos y obras teatrales.

El escritor falleció en su hacienda de Llolleo. Rodeado de algunos amigos como Lucho Vargas y la pintora chilena Henriette Petit, En ese momento, falleció el autor de "Poemas árticos", "Altazor", "Cagliostro" y "Mío Cid Campeador", a causa de un derrame cerebral. Fue el 2 enero de 1948, ocho días antes de cumplir 55 años.

Aquí, el néctar de su Bibliografía:
Ecos del alma, 1911
La gruta del silencio, 1913
Canciones en la noche, 1913
Pasando y pasando, 1914
Las pagodas ocultas, 1914
Adán, 1916
El espejo de agua, 1916
Horizon Carrét, 1917
Poemas árticos, 1918
Ecuatorial, 1918
Tour Eiffe, 1918
Hallali, 1918
Saisons Choisies, 1921
Finis Britannia, 1923
Automne Régulier, 1925
Tout à Coup, 1925
Automme régulier, 1925
Manifestes, 1925
Vientos contrarios, 1926
Mío Cid Campeador, 1929
Temblor de cielo, 1931
Altazor o el viaje en paracaídas, 1931
Tremblement de Ciel, 1932
Gilles de Raiz, 1932
La próxima, 1934
Papá o el diario de Alicia Mir, 1934
Cagliostro, 1934
En la luna, 1934
Tres novelas ejemplares, 1935 (con Hans Arp)
Sátiro o el poder de las palabras, 1939
Ver y palpar, 1941
El ciudadano del olvido, 1941
Últimos poemas, 1948

🌊Ahora nos sumergimos en su perfumada poesía.

🌷El amor según Huidobro:
Te amo mujer de mi gran viaje
Te amo mujer de mi gran viaje
Como el mar ama al agua
Que lo hace existir
Y le da derecho a llamarse mar
Y a reflejar el cielo y la luna y las estrellas

Finlandia (1987) del pintor italiano Valerio Adami.

🌷La muerte según Huidobro:
Quiero desaparecer y no morir...
Quiero desaparecer y no morir
Quiero no ser y perdurar
Y saber que perduro
Llamo a las puertas de la muerte
Y me retiro
Llamo a la vida y huyo avergonzado
Quiero ser toda mi alma y no lo puedo
Quiero todo mi cuerpo y no lo logro.

🌷La soledad según Huidobro:
Fatiga
Marcho día y noche
como un parque desolado.
Marcho día y noche entre esfinges caídas de mis ojos;
miro el cielo y su hierba que aprende a cantar;
miro el campo herido a grandes gritos,
y el sol en medio del viento.

Acaricio mi sombrero lleno de luz especial;
paso la mano sobre el lomo del viento;
los vientos, que pasan como las semanas;
los vientos y las luces con gestos de fruta y sed de sangre;
las luces, que pasan como los meses;
cuando la noche se apoya sobre las casas,
y el perfume de los claveles gira en torno de su eje.

Tomo asiento, como el canto de los pájaros;
es la fatiga lejana y la neblina;
caigo como el viento sobre la luz.

Caigo sobre mi alma.
He ahí el pájaro de los milagros;
he ahí los tatuajes de mi castillo;
he ahí mis plumas sobre el mar, que grita adiós.

Caigo de mi alma.
Y me rompo en pedazos de alma sobre el invierno;
caigo del viento sobre la luz;
caigo de la paloma sobre el viento.

                                            Artista chilena: Luisa Rivera. Vicente Huidobro - Retrato.



viernes, 22 de mayo de 2020

Poeta homenajeado Oliverio Girondo

-Bienvenidos queridos lectores al
"Floral comparativo".

Mi nombre es Andrea Korduner, como saben de Bs. As. – Argentina.
Inauguro este espacio, donde se realizará, un homenaje a un poeta de trayectoria, a través de un breve recorrido por su biografía, que nos ubicará en su contexto y época.
☼ Al mismo tiempo intentaremos indagar, cómo eclosiona cada poeta, los siguientes temas: El amor, la muerte y la soledad.

En el día de la fecha comenzamos con el poeta: Oliverio Girondo

A CONTINUACIÓN, SU BREVE BIOGRAFÍA
Oliverio Girondo nació el 17 de agosto de 1891 en Buenos Aires, en el seno de una familia acomodada, lo que les permitió enviar al joven Oliverio a estudiar en Europa: en el colegio Epsom de Londres y en la Escuela «Albert le Grand» de Arcueil, cerca de París. Regresó a Buenos Aires y comenzó la carrera de Derecho, aunque en vacaciones siguió volviendo a Europa, lo que le permitió introducirse en los diversos círculos de las nuevas corrientes estéticas. Empezó en esa época sus colaboraciones con diferentes revistas porteñas: Plus Ultra y la Imagen conocida Caras y caretas. En Madrid, Gómez de la Serna lo recibió en la tertulia de Pombo. Publicó su primer libro Veinte poemas para ser leídos en el tranvía, en una pequeña población francesa en 1922. El año siguiente o dedicó a recorrer España y a gestar el que sería su segundo libro de poemas, Calcomanías, publicado en 1925.
De regreso en Buenos Aires, fundó en 1924, junto a Evar Méndez y algunos otros escritores y artistas, el periódico Martín Fierro.
Siguió pubicando poesía en los años siguientes.
En 1943 se casó con Norah Lange, tras una larga relación, en su casa de Suipacha se reunían: Edgar Bayley, Carlos Latorre, J. Llinás, Francisco Madariaga, Enrique Molina, Olga Orozco, Aldo Pellegrini, Mario Trejo o Alberto Vanasco.
Aldo Pellegrini presentó en 1953 en el número 2 de la revista Letra y línea los primeros poemas que en 1956 compondrán la edición definitiva de En la masmédula.
Sufrió un accidente en 1961 que lo dejó disminuido durante los últimos años de su vida. Murió en Buenos Aires el 24 de enero de 1967.

AQUÍ SU PERFUMADA BIBLIOGRAFÍA
Veinte poemas para ser leídos en el tranvía (1922)
Calcomanías (1925)
Espantapájaros (1932)
Interlunio (1937)
Persuasión de los días (1942)
Campo nuestro (1946)
En la masmédula (1953)

-Y por fin, nos sumergimos en sus floridos versos, para percibir el polen de sus poemas, junto al néctar que nos deja cada uno de sus particulares estambres, por los que el poeta ha transitado.

🌷El amor según Girondo:
¡Todo era amor! 
¡Todo era amor... amor!
No había nada más que amor.
En todas partes se encontraba amor.
No se podía hablar más que de amor.
Amor pasado por agua, a la vainilla,
amor al portador, amor a plazos.
Amor analizable, analizado.
Amor ultramarino.
Amor ecuestre.
Amor de cartón piedra, amor con leche...
lleno de prevenciones, de preventivos;
lleno de cortocircuitos, de cortapisas.
Amor con una gran M,
con una M mayúscula,
chorreado de merengue,
cubierto de flores blancas...
Amor espermatozoico, esperantista.
Amor desinfectado, amor untuoso...
Amor con sus accesorios, con sus repuestos;
con sus faltas de puntualidad, de ortografía;
con sus interrupciones cardíacas y telefónicas.
Amor que incendia el corazón de los orangutanes,
de los bomberos.
Amor que exalta el canto de las ranas bajo las ramas,
que arranca los botones de los botines,
que se alimenta de encelo y de ensalada.
Amor impostergable y amor impuesto.
Amor incandescente y amor incauto.
Amor indeformable. Amor desnudo.
Amor-amor que es, simplemente, amor.
Amor y amor... ¡y nada más que amor!

🌷La muerte según Girondo:
Visita 
No estoy.
No la conozco.
No quiero conocerla.
Me repugna lo hueco,
la afición al misterio,
el culto a la ceniza,
a cuanto se disgrega.
Jamás he mantenido contacto con lo inerte.
Si de algo he renegado es de la indiferencia.
No aspiro a transmutarme,
ni me tienta el reposo.
Todavía me intrigan el absurdo, la gracia.
No estoy para lo inmóvil,
para lo inhabitado.

Cuando venga a buscarme,
díganle:
“se ha mudado”.

🌷La soledad según Girondo:
Campo nuestro
En lo alto de esas cumbres agobiantes
hallaremos laderas y peñascos,
donde yacen metales, momias de alga,
peces cristalizados;
pero jamás la extensa certidumbre
de que antes de humillarnos para siempre,
has preferido, campo, el ascetismo
de negarte a ti mismo.
Fuiste viva presencia o fiel memoria
desde mis más remota prehistoria.
Mucho antes de intimar con los palotes
mi amistad te abrazaba en cada poste.
Chapaleando en el cielo de tus charcos
me rocé con tus ranas y tus astros.
Junto con tu recuerdo se aproxima
el relente a distancia y pasto herido
con que impregnas las botas… la fatiga.
Galopar. Galopar. ¿Ritmo perdido?
hasta encontrarlo dentro de uno mismo.
Siempre volvemos, campo, de tus tardes
con un lucero humeante…
entre los labios.
Una tarde, en el mar, tú me llamaste,
pero en vez de tu escueta reciedumbre
pasaba ante la borda un campo equívoco
de andares voluptuosos y evasivos.
Me llamaste, otra vez, con voz de madre
Y en tu silencio sólo halló una vaca
junto a un charco de luna arrodillada;
arrodillada, campo, ante tu nada.
Cuando me acerco, pampa, a tu recuerdo,
te me vas, despacio, para adentro…
al trote corto, campo, al trotecito.
Aunque me ignores, campo, soy tu amigo.
Entra y descansa, campo. Desensilla.
Deja de ser eterna lejanía.
Cuanto más te repito y te repito
quisiera repetirte al infinito.
Nunca permitas, campo, que se agote
nuestra sed de horizonte y de galope.
Templa mis nervios, campo ilimitado,
al recio diapasón del alambrado.
Aquí mi soledad. Esta mi mano.
Dondequiera que vayas te acompaño.
Si no hubieras andado siempre solo
¿todavía tendrías voz de toro?
Tu soledad, tu soledad… ¡la mía!
Un sorbo tras el otro, noche y día,
como si fuera, campo, mate amargo.
A veces soledad, otras silencio,
pero ante todo, campo: padre-nuestro.


Escuchalo todos los jueves a las 20 hs. Argentina, por el programa radial "Versamorfosisis".
Conducción: Poeta Adrián terracciano





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